jueves, 17 de mayo de 2012

Historia de un drogadicto

Foto AGustavo Morales lo traicionó la curiosidad. No sabía por qué la gente la consumía, ni mucho menos los efectos que causaba. Sólo supo que una vez que la probó, la cocaína se posesionó de su cuerpo y mente.

Morales alega que cayó en las drogas por ignorancia. A su edad no le habían explicado que los estupefacientes cambian la vida de cualquiera.

“Cuando empecé mi adicción a las drogas tenía 14 años de edad. No entendía por qué a la gente le gustaba, entonces decidí probarla para darme cuenta. La primera vez que lo hice fue con marihuana y descarté los mitos de que a uno lo ponía loco, más bien me sentí relajado y con unas ganas enormes de reírme”, detalló este joven de 24 años, quien hasta hace poco logró rehabilitarse por completo.

“Luego un amigo me dio a probar cocaína y sólo puedo decirte que me fascinó. Me sentí súper enérgico y eufórico, tal como si fuera el dueño del mundo. Y lo bueno es que no me sacaba de los límites”, detalló.

A Morales no le importaba inhalar cocaína en las fiestas, en el colegio o incluso, durante un juego de fútbol mientras su mamá creía que estaba seguro.

“Al inicio me la metía por la nariz cada 15 días, pero después lo hacía diario supliendo el papel de la comida. Eso sí, en pocas cantidades”, relató a LA PRENSA.

A los 17 años le ofrecieron crack, pero sorprendentemente supo decir no. “Los majes que lo consumen después andan buscando piedras en el suelo creyendo que van a encontrar más droga, entonces no quería verme ridículo”, expresó con tono de burla.

SE BURLÓ DE SU FAMILIA

Gustavo Morales asegura ser técnico medio en electricidad industrial.

Al comienzo “sacaba buenas calificaciones, pero con las drogas terminé con notas mediocres”, narró muy avergonzado. El dinero que su familia le enviaba desde su ciudad natal, Matagalpa, lo gastaba en “tilas” de cocaína. “Y como no me ajustaba siempre le pedía mucho más diciéndole que necesitaba comprar libros y folletos”.

“De pronto me vi en la necesidad de trabajar. Recuerdo que conseguí un pegue (...) cada centavo me lo gasté en cocaína”. En ese momento ya estaba acabado.

Al poco tiempo se quedó sin trabajo y se mudó hacia Honduras. Allí también consumió droga hasta más no poder. Su aspecto fue desmejorando. “Cuando no conseguía reales para drogarme, todo el mundo empezaba a caerme mal”, cuenta.

En ese país pasó su peor etapa: no comía, ni siquiera tenía para el bus. Entonces regresó a Managua.

LISTO A LA “DECISIÓN FATAL”

Pese a su desgracia, no dejaba de consumir drogas hasta que un día decidió que ya no quería vivir “no estaba haciendo nada en esta vida, era prácticamente una lacra social y cuando me sentí completamente decepcionado y dispuesto a tomar la decisión fatal, marqué un número que había visto por allí y le conté a la muchacha que me contestó lo que quería hacer”. Pero ella lo convenció diciéndole que tenía una última oportunidad. Ese número telefónico era el de la Fundación DIANOVA de Nicaragua.

“En DIANOVA encontré apoyo moral, cariño y aprecio. Después de más de un año de estar interno me siento normal”, confesó con cara de alivio. Nuestra charla terminó con un consejo para los jóvenes. “La droga es lo peor que te puede pasar en la vida”.  

Día internacional de la lucha contra el uso indebido de drogas



En 1987, la Asamblea General decidió establecer el día 26 de junio de cada año como el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, para dar una muestra de su determinación en fortalecer las actividades necesarias para alcanzar el objetivo de una sociedad internacional libre del abuso de drogas. La Asamblea tomó esa medida el 7 de diciembre de 1987 (resolución 42/112 Documento PDF), de conformidad con la recomendación de la Conferencia Internacional sobre el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas del 26 de junio de 1987.
El final del primer siglo de fiscalización de drogas (que comenzó en Shanghái en 1909) coincidió con la terminación del decenio dedicado a la acción común para contrarrestar el problema mundial de las drogas (iniciado en 1998 por la Asamblea General en su período extraordinario de sesiones sobre las drogas). Estos aniversarios estimularon la reflexión sobre la eficacia y las limitaciones de las políticas sobre drogas. El examen culminó con la reafirmación de que las drogas ilícitas siguen planteando un peligro para la salud de la humanidad. Por ello, las drogas están, y deben seguir estando, controladas. Habida cuenta de ello, los Estados Miembros confirmaron su apoyo inequívoco a los convenios y convenciones de las Naciones Unidas que han establecido el sistema de fiscalización internacional de drogaS.
la Asamblea General reconoció que, pese a los redoblados esfuerzos de la comunidad internacional, el problema mundial de las drogas seguía poniendo en grave peligro la salud y la seguridad pública y el bienestar de la humanidad, en particular de los niños y los jóvenes, y amenazando la seguridad nacional y la soberanía de los Estados, y que socavaba la estabilidad socioeconómica y política, así como el desarrollo sostenible. En la resolución se acogía con beneplácito la decisión de la Comisión de Estupefacientes de convocar una serie de sesiones de alto nivel durante su 52° período de sesiones, a fin de evaluar el progreso realizado desde 1998 en la consecución de los objetivos y las metas establecidos por la Asamblea General en su vigésimo período extraordinario de sesiones; determinar las prioridades futuras y los ámbitos en que se requiriesen medidas adicionales, así como las metas y los objetivos que habrían de fijarse en la lucha contra el problema mundial de las drogas después de 2009; y adoptar una declaración política y otras medidas de fomento de la cooperación internacional. La Asamblea alentó a la Comisión y a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito a que prosiguieran su labor de fiscalización internacional de drogas e instó a todos los gobiernos a que prestasen el máximo apoyo financiero y político posible a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, de manera que pudiera proseguir, ampliar y afianzar sus actividades operacionales y de cooperación técnica, en el marco de sus mandatos.

Tráfico de drogas en Venezuela

Antes de referirnos a los tipos de tráfico de droga que existen, es necesario definir lo que se entiende por tráfico de droga. El tráfico de drogas es un delito consistente en facilitar o promocionar el consumo ilícito de determinadas sustancias estupefacientes y adictivas que atentan contra la salud pública con fines lucrativos, aunque esta definición puede variar según las distintas legislaciones penales de cada Estado.
Por tráfico de drogas se entiende no sólo cualquier acto aislado de transmisión del producto estupefaciente, sino también el transporte e incluso toda tenencia que, aun no implicando transmisión, suponga una cantidad que exceda de forma considerable las necesidades del propio consumo, ya que entonces se entiende que la tenencia tiene como finalidad promover, favorecer o facilitar el consumo ilícito (entendiéndose como ilícito todo consumo ajeno). En algunas legislaciones se considera delito solamente el tráfico, pero no la tenencia de drogas en cantidades reducidas a las necesidades personales del consumidor, mientras que otras tipifican como conductas delictivas tanto el tráfico como la tenencia.
Existen tres modalidades dentro del tráfico de drogas, establecidas en base a los medios que se utilizan para realizar el tráfico de drogas. Estos tres tipos son los siguientes:
a.- Tráfico Aéreo: Consiste en aquel que utiliza como medio de tránsito, naves o aeronaves públicas o privadas, para que transporten vía aérea sustancias estupefacientes o psicotrópicas.
b.- Tráfico Marítimo: Consiste en aquel que utiliza como medio de transporte buques, barcos, etc, para que transporten vía marítima sustancias estupefacientes o psicotrópicas depositadas en container u otros lugares del buque.
c.- Tráfico Terrestre: Consiste en aquel que utiliza como medio de tránsito, vehículos o cualquier medio de transporte vial, para que trafique vía terrestre sustancias estupefacientes o psicotrópicas, cualquiera sea su forma de ser embalada.
Pero existe otra figura excepcional aparte de estas tres ya mencionadas, y es el tráfico de drogas por medio de humanos, la cual es una nueva modalidad bien conocida con el nombre de narcomulas intraorgánica, en la cual se introduce en el estómago de un individuo cierta cantidad de dediles para facilitar el tráfico de varios gramos de droga, que en muchos casos resultan infructuosos debido a la ruptura de dediles, que pueden ocasionar hasta la muerte del narcomula; todo esto con la finalidad de evadir las medidas de seguridad que cada día son más rigurosas e intensas, sobre todo en los aeropuertos, en pro de la lucha contra el tráfico de drogas.

El tráfico de drogas cubre actividades que van desde la compra, el financiamiento y el transporte de la materia prima, los insumos, los productos y los subproductos, el establecimiento de laboratorios, operación de los mismos y aeropuertos clandestinos, hasta la creación de intrincadas redes de comercialización al mayor y al detal, de aparatos de violencia y de soborno a funcionarios y políticos y de mecanismos para el lavado de dólares. Por otra parte, dado su carácter de ilegalidad, conlleva el establecimiento de sociedades secretas, cerradas y selectivas, como ocurre con todas las mafias En la práctica, funciona como un mercado segmentado, con ofertas y demandas generadas en países distintos y muy localizados. En ese mercado, donde los protagonistas actúan con una gran racionalidad económica -buscando optimizar sus beneficios económicos y políticos-funcionan dos sectores: uno oligopólico, que controla las actividades más rentables del negocio (refinación, transporte y distribución al por mayor del producto, así como de lavado de los beneficios) y otro, competitivo, formado por los numerosos cultivadores independientes de la coca, refinadores y comerciantes del PBC o pasta básica, y distribuidores callejeros de la cocaína al detal en los principales centros de consumo :
La cocaína, el producto principal del proceso, se caracteriza, por tener una oferta elástica, debida a la alta rentabilidad del rubro en comparación con otros cultivos y por la disponibilidad relativa de mano de obra y de tierra en los países productores, que son, a su vez, países pobres. Además, la cocaína tiene una demanda inelástica, por el carácter adictivo de la droga y por el gran número de consumidores con alto poder adquisitivo existente en los países industrializados o ricos. Los resultados globales del negocio son tan elevados, que lo han convertido en uno de los negocios más rentables del mundo.
Venezuela es uno de los principales países de tránsito para el envío de cocaína, heroína, y cannabis hacia los Estados Unidos y Europa. Los cargamentos dentro de contenedores por transporte marítimo comercial constituyen el método predominante de contrabando de una o más toneladas de cocaína. La heroína se transporta principalmente por correo en las aerolíneas comerciales. Entre las nuevas tendencias se encuentra un aumento dramático en el contrabando de heroína que pasa de contrabando y en los nuevos métodos, incluyendo el encubrimiento de grandes cantidades en el equipaje de carga y posiblemente los primeros intentos de usar los contenedores de transporte marítimo para la heroína, a veces como parte de un gran cargamento de cocaína.
Con base en las estadísticas de incautaciones en el 2002, continúan entrando a Venezuela cargamentos de múltiples toneladas de cocaína, principalmente de Colombia, por la Carretera Panamericana (en el estado fronterizo del Táchira) y salen de Venezuela de los estados costeros de Carabobo (Puerto Cabello), Vargas (Puerto de La Guaira y el Aeropuerto Internacional de Maiquetía), y Sucre (la costa frente a la Isla de la Margarita). Las incautaciones sustanciales de cocaína en los estados fronterizos del Zulia y Bolívar confirman el tránsito de cocaína de Colombia por la Península de Guajira y por el Río Orinoco, respectivamente.
El tráfico de heroína, según estadísticas de incautaciones hechas en el año 2002, indica la intensa actividad de entrada por la frontera colombiana en el estado Táchira, así como la intensa actividad de salida por el Aeropuerto Internacional Maiquetía. También se registra un notable tráfico de heroína en la Península de la Guajira y en las cercanías de Puerto Cabello y Maracaibo.
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